Ayuda en la Crisis

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¿Cómo brindar ayuda a las personas mayores en la crisis?

En el mundo suceden diferentes tipos de acontecimientos que pueden resultar angustiantes: las guerras, desastres naturales, accidentes, incendios, violencia entre personas y pandemias mundiales, como la que estamos atravesando actualmente. 

Pueden resultar afectadas las personas, familias o comunidades enteras. Perdiendo sus hogares, fuentes laborales y hasta sus seres queridos. También resultar separados de su familia o su comunidad, o ser víctimas de  violencia, discriminación o muerte.

Aunque todo el mundo resulta afectado de una manera u otra en estas circunstancias, hay una amplia gama de reacciones y sentimientos que cada persona puede generar como respuesta. 

Mucha gente puede sentirse abrumada, confundida o muy insegura acerca de lo que está sucediendo. Pueden tener mucho miedo o encontrarse muy ansiosas, otros en cambio pueden resultar insensibles e indiferentes. 

Algunas personas experimentan reacciones leves, mientras que otras pueden reaccionar de forma más grave. Esto depende de muchos factores, por ejemplo:

  • La naturaleza y gravedad del / de los acontecimientos que experimentan.
  • Su experiencia con acontecimientos angustiantes anteriores.
  • El apoyo de otras personas en su vida: familia, amigos, vecinos.
  • Su salud física y capacidad funcional para realizar tareas y actividades. 
  • Su historia personal, familiar y antecedentes de problemas de salud mental.
  • Su cultura, religión y tradiciones.
  • La etapa vital y la experiencia acumulada.
  • El ambiente que habita y los recursos que posee.

Necesidad de ayuda en las personas mayores

Las crisis en la vejez tienen un componente de ventaja, porque haber llegado a la vejez significa haber transitado diferentes situaciones de crisis, conflictos y dificultades. Que son propias de la vida misma, con mayor o menor intensidad. 

Estas experiencias permiten contar con más reservas de capacidades, si han sido aprovechadas para aprender, al momento de afrontar las crisis. No obstante, siempre contamos con una base mínima de recursos para implementar como la escucha y la atención.

No se puede presuponer que todas las personas mayores poseen la misma condiciones, algunas personas son particularmente vulnerables y en situaciones críticas pueden necesitar ayuda y apoyo, en lo emocional, relacional, material, etc.  

La población mayor posee mucha heterogeneidad, con diferentes capacidades y niveles de resistencia. Algunos pueden estar más expuestos a situaciones que requieran de un apoyo, otras en cambio pueden convertirse en soportes de escucha, alivio y ayuda para otros. 

Orientaciones para aprender a dar Ayuda 

Según un documento de Naciones Unidas, la primera ayuda social, psicológica y práctica es una respuesta humana a la crisis  que puede incluir:

  • Brindar ayuda y apoyo prácticos, de manera no invasiva.
  • Evaluar las necesidades y preocupaciones.
  • Ayudar a las personas a atender sus necesidades básicas (por ejemplo, comida y agua, información).
  • Escuchar a las personas, pero no presionarlas para que hablen. 
  • Sostener la atención a su palabra.
  • Reconfortar a las personas para sentirse en calma.
  • Ayudar a regular un nivel de ansiedad saludable. 
  • Ayudar a las personas para acceder a información, servicios y apoyos sociales.
  • Proteger a las personas de posibles peligros.
  • Crear un ámbito de confianza para ofrecer información clave para el autocuidado. 
  • Recomendar dos o tres aspectos positivos sobre los que la persona debe focalizar su pensamiento y energía. 
  • Ofrecerse como una potencial alternativa de escucha y solución de problemas prácticos en el futuro. 

Esta respuesta, aunque no es una intervención profesional, puede ser de gran ayuda para la recuperación de las personas a largo plazo y obtener los siguientes beneficios:

  •  Sentirse seguro, conectado con otros, en calma y con esperanza;
  • Tener acceso a apoyo social, físico y emocional; y
  • Sentirse capaz de ayudarse a sí mismos como individuos y en comunidad.

Cuándo Ofrecer Ayuda 

La primera ayuda está dirigida a personas angustiadas, afectadas recientemente por un acontecimiento crítico o grave; fundamentalmente, en el caso de personas mayores, para brindar soluciones prácticas que compensen las limitaciones funcionales o preventivas por no poder salir de su hogar.

Sin embargo, no todos los que experimentan una situación de crisis necesitarán o querrán esta ayuda. 

No se debe forzar la ayuda en aquellos que no la quieren, o no la necesitan. Tener en cuenta que no todos estamos habituados a pedir o recibir ayuda. 

Además no todos poseen limitaciones funcionales y muchos mayores son potenciales proveedores de ayuda, por lo tanto, es suficiente con mostrarse disponibles y manifestar explícitamente que de cambiar alguna circunstancia existente podrían contar con ayuda.

Pueden darse situaciones en las que la persona necesite un apoyo mucho más avanzado, en esos casos es importante reconocer los propios límites y buscar la ayuda de personal sanitario o profesionales.  

Orientaciones para evaluar la intervención de un profesional:

  • Personas con posible enfermedad grave, con riesgo de vida y que necesiten atención urgente.
  • Personas que están alteradas emocionalmente y que no pueden ocuparse de sí mismas. 
  • Personas que están sufriendo angustia o ansiedad y pueden sufrir  algún daño.
  • Personas que pueden hacer algún daño a otros o hacerse algún daño a sí mismas.
  • Personas que puedan estar en un ambiente de mucho riesgo.

 Conclusiones

La primer ayuda psicológica o práctica es un recurso que todos podemos ayudar a implementar solidariamente en situaciones de crisis. 

Es un recurso de ayuda para contribuir al buen trato con las personas mayores  implementando capacidades como: sensibilidad, atención, escucha, disponibilidad para la ayuda práctica.

Las personas mayores vulnerables pueden requerir de este tipo de ayuda frente a la angustia que produce la crisis mundial por la pandemia, pero no todas pueden estar dispuestas a recibirla o necesitarla.

Los mayores también pueden ser proveedores de una primera ayuda psicológica o práctica, pero sobre todo ser promotores de una red con pares para el autocuidado y resiliencia.

Reconocer que se puede llegar a necesitar de un apoyo o intervención profesional o expertos, de acuerdo a la situación de las personas, informando la necesidad de intervención a las autoridades.  

Las crisis nos hacen distintos. Las podemos aprovechar o no, volviéndonos más egoístas o por el contrario altruistas. Aprendiendo a brindar confianza, ayuda y respeto por los derechos de los demás. 

Pregunta para comentar: ¿De qué forma está afectando a las personas mayores la crisis actual por la Pandemia COVIC- 19?

Bibliografía 

La primera ayuda psicológica. Guía para trabajadores de campo. Organización Mundial de la salud (2012). 

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