Estamos viviendo un tiempo de crisis sanitaria mundial, con un impacto reciente en el continente Americano. Dicho fenómeno revela consecuencias esperadas y no esperadas de profundización de desigualdades en el acceso a los derechos, con el foco sobre las personas mayores.
Aun en tiempos de crisis los derechos y antiguas conquistas son puestos en tensión y vulnerados por intereses que promueven la lógica de la desigualdad, la exclusión social y la pauperización, con más empobrecimiento de las personas mayores, sobre todo en sectores periféricos de las ciudades.
Aprovechándose, ilegítimamente, de la crisis para tomar posicionamiento sobre:
- Las condiciones de vida
- Conquistas de derechos laborales y previsionales acumulados
- Movilidad ascendente de ingresos económicos
- Implementación de criterios de discriminación por edad en el acceso a la salud
- Desconocimiento de la viabilidad vital de las personas mayores para el acceso a atención médica de complejidad…
- Y la inserción compulsiva en un circuito tecnológico, sin las herramientas de inclusión necesarias, para hacer uso del sistema financiero y evitar los riesgos.
Han sido algunas de las principales problemáticas que han tenido que enfrentar las personas mayores durante la Pandemia COVID 19.
Un caso paradigmático lo constituyen el fenómeno comunicacional presetado como: «reformas solidarias de adecuación por la crisis por COVID 19». Con medidas de pérdida de derechos, pero en realidad son una profundización del enfoque tutelar de dependencia sobre las personas mayores.
Avasallando la independencia y la autonomía, justificándose en la falta de capacidades para estar incluidos en un circuito social regido por la economía, tecnología, digitalización financiera y por los viejismos de discriminación por edad.
Herramientas de Reivindicaciones para las Personas Mayores
Para Dabove (2018), las nuevas reivindicaciones de justicia y los éxitos cosechados mundialmente en las luchas sociales por los derechos de los grupos discriminados (grupos originarios, afrodescendientes, mujeres, niños, y minorías políticas y culturales) han aportado, la posibilidad de dar origen de un enfoque más rico en torno a la vejez: el de la gerontología comunitaria.
Este enfoque ha venido a abarcar la crítica culturales de los modelos vigentes de este campo. Con el planteo de desafíos políticos que contribuyan a la modificación de las desventajas del grupo social de los mayores.
Comprende el estudio de las vejeces con sus singularidades y necesidades individuales en el marco de la comunicad Además de considerar, que la realidad no puede contemplarse bajo el marco de un presente reduccionista, disyuntivo o simplificador; de los que entienden que la vejez es dependencia y caducidad.
El enfoque de la gerontología comunitaria procura el desarrollo de «herramientas de intervención» que resulten aptas para provocar un claro cambio social e individual acerca de esta etapa de la vida.
Promueve acciones transformadoras que habiliten la existencia de comunidades en las cuales el bienestar y la libertad de los adultos mayores, su empoderamiento y la vivencia de lo social se encuentran en el centro de interés, en igualdad de condiciones que todos los demás.
Para Dabobe, la gerontología comunitaria es, un marco filosófico y político para la acción. Que procura impactar en la vida de las personas de edad, pero también de la sociedad en general, incrementando su calidad de vida y dignidad.
«Trazando horizontes posibles, buscando el empoderamiento de los mayores y alentando la gestion de espacios de actuación comunitaria».
«Persigue la transformación de situaciones de desventaja y desafiliación que vive este grupo disminuido. Un espacio crítico para garantizar transformaciones que garanticen el respeto por la singularidad de la vejez en un plano de igualdad social». Dabobe (2018).
La Reivindicaciones de los Mayores Implican un Cambio Cultural y Social
Esta situación actual y el nuevo enfoque nos pone frente a un serie de criterios humanísticos a tener en cuenta sobre las personas mayores como:
- La trayectoria vital conforma una identidad que integra también la experiencia vital, los derechos y conquistas alcanzadas. Estos no son indivisibles o separables de la identidad personal. No caducan con la edad ni pueden quitarse social o política-mente, con una reforma denominada solidaria, porque esto constituiría un robo o saqueo ilegítimo.
- Las etapas previas a la vejez pueden ser las instancias de mayor aporte solidario a la comunidad, en términos de aportes al sistema social y financiero, pero no caducan por la edad. El sentido de pertenencia no está directamente relacionado con estos aportes sino con el hecho de ser persona humana y ser parte de un marco de relaciones sociales y sentido subjetivo de formar parte de ese entramado.
- La vejez no puede estar regulada por los ajustes y criterios culturales, sociales y económicas que promueven la ganancia individual como conquista. Más bien hay que reconocer el sentido de pertenencia de todas las personas a la comunidad. Y revalorizar la viabilidad vital de cada persona, independiente de la edad y lo que lo posee.
- La gerontología comunitaria es un enfoque nuevo de la vejez que implica valorar la Persona Mayor como sujeto y no como objeto en las relaciones que establece con algún otro o frente al sistema financiero, con necesidades singulares e individuales, pero con derechos colectivos.
- Este carácter irrenunciable a su capacidad como persona con derechos alcanzados y reconocidos no pueden desconocerse como estado alcanzado porque esto implicaría vaciar de sentido a las personas, como una muerte en vida.
- Asistimos a un tiempo sin reconocimiento del carácter histórico de las personas y por consiguiente de la trayectoria vital construida por cada uno de nosotros a lo largo de la vida. Por lo tanto debemos reafirmar nuestro sentido de pertenencia a una comunidad con un bagaje de derechos que constituyen bienes inembargables e irrenunciables.
Bibliografía
Dabove. M.I. Derecho de las Personas Mayores. Fundamentos y Alcances. (2018) Editorial Astrea.
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