Aula Mayor
Manifiesto de Rehumanización

Manifiesto de Rehumanización

Sin Personas Mayores No hay Futuro

En la presente nota, la expresión «manifiesto» posee el interés de poner en palabras la voluntad colectiva de una parte de la sociedad respecto de un fin determinado: «La dignidad y los derechos de las Personas Mayores». 

Una publicación reciente del diario El Mundo de España ha dado a conocer el documento con la adhesión de especialistas y personalidades destacadas: «Sin Ancianos no hay futuro. Manifiesto europeo para la rehumanización de la sociedad. No a una sanidad selectiva». Que tiene un contexto particular, pero nos convoca a hacerlo extensivo a nuestra región.

Por lo cual, les invitamos a conocer, reflexionar y difundir este mensaje ya que en la región de América del Sur es una problemática vigente el acceso a la salud pública de calidad, una sanidad no selectiva y sin discriminación. Que brinde una cura eficaz, con la presencia de los Estados haciendo respetar los  derechos de las personas mayores.

El Manifiesto

«Durante la pandemia de la Covid-19 las personss mayores están en peligro en muchos países… Las dramáticas cifras de muertos en residencias hacen estremecer.

Habrá que revisar muchas cosas en los sistemas sanitarios públicos y en las buenas prácticas necesarias para llegar a todos y curarlos con eficacia. Pero nos preocupan especialmente las tristes historias de mortalidad de personas mayores en residencias. 

Todo esto no habría ocurrido si no se estuviera abriendo paso la idea de que se pueden sacrificar sus vidas en beneficio de otras. Es lo que el Papa Francisco define como «cultura del descarte», que priva a las personas mayores del derecho a ser considerados personas y los relega a ser solo un número y, en algunos casos, ni siquiera eso.

En muchos países, ante la necesidad de atención sanitaria está surgiendo un modelo peligroso que fomenta una «sanidad selectiva» que considera residual la vida de las personas mayores. Así, su mayor vulnerabilidad, su avanzada edad y el hecho de que pueden ser portadores de otras patologías justificarían una forma de «elección» a favor de los más jóvenes y de los más sanos.

Resignarse a una solución de este tipo es inhumana y jurídicamente inaceptable. La base de la ética democrática y humanitaria consiste en no hacer distinción entre personas, ni siquiera a causa de su edad. 

Se trata de principios que forman parte de una visión religiosa de la vida, pero también de los derechos humanos y de la deontología médica. No se puede aceptar ningún «estado de necesidad» que legitime o dé cobertura al incumplimiento de dichos principios. 

La tesis de que una menor esperanza de vida comporta una reducción «legal» del valor de dicha vida es, desde un punto de vista jurídico, una barbaridad. Que eso se produzca a través de una imposición (del Estado o de las autoridades sanitarias) ajena a la voluntad de la persona representa un intolerable atropello añadido de los derechos de la persona.

La aportación de las personas mayores sigue siendo objeto de importantes reflexiones en todas las culturas. Aceptar que no tienen el mismo valor significa romper la trama social de la solidaridad entre generaciones y desmembrar toda la sociedad. No podemos dejar morir a la generación que luchó contra las dictaduras, que trabajó por la reconstrucción después de la guerra y que edificó Europa. 

Aceptar la muerte «anticipada» de las personas mayores a causa de una mentalidad utilitarista es una hipoteca para el futuro, pues divide la sociedad en clases de edades e introduce el peligroso principio de que no son iguales.

Creemos que es necesario reafirmar con fuerza los principios de igualdad de tratamiento y de derecho universal a la asistencia sanitaria conquistados en los últimos siglos. 

Es el momento de dedicar todos los recursos que sean necesarios para proteger el mayor número de vidas posible y para humanizar el acceso a la atención sanitaria para todos. 

Que el valor de la vida sea siempre igual para todos. Quien rebaja el valor de la vida frágil y débil de las personas mayores, se prepara para desvalorar todas las vidas.

Con este llamamiento expresamos nuestro dolor y nuestra gran preocupación por el elevado número de personas mayores que han fallecido en estos meses y esperamos que se desate una revuelta moral para que cambie la dirección en la atención sanitaria a las personas mayores y para que estos, sobre todo los más vulnerables, jamás sean considerados un peso o, aún peor, inútiles».

Conclusión

Al respecto, valorando el contexto particular de nuestra región nos cabe reconocer que la mejor respuesta ante este drama mundial es la anticipación y aplicación de los protocolos de sanidad en igualdad de condiciones, fundados en los derechos previstos por la Convención Interamericana de Protección y Promoción de los Derechos Humanos de las Personas Mayores.  

Por otro lado debemos reconocer la posición del documento con un mensaje de llamado a tomar conciencia que la sociedad no tendrá futuro sin el cuidado de la generación mayor.  Porque la lógica de la desigualdad de edades conduce solamente al desmembramiento de la sociedad, ya que no puede sostener sus sistemas de cohesión social. Donde la solidaridad generacional no es altruismo, sino relación de interdependencia mutua. 

Como región nos convoca a anticiparnos con políticas públicas revitalizadas de recursos necesarios para hacer frente al presente y al posible escenario futuro. Por otro lado, romper la cultura de la desigualdad de mercado y sostener la dinámica social de la solidaridad generacional que hace crecer la sociedad en todas las dimensiones posibles.

Cómo lo hacemos? Cada uno desde su posición debe movilizar su voluntad a ser solidario en cada acto de cuidado sobre las personas mayores de nuestro entorno y bregar por un Estado presente con políticas publicas a la altura de las circunstancias. Sin desconocer los cuidados sobre la persona mayor que seremos en un futuro. 

PARA ADHERIRSE AL MANIFIESTO ESCRIBIR A eventi@santegidio.org

Fuente

Diario El Mundo 19/05/2020.

Nota: Manifiesto impulsado en Roma por la Comunidad de Sant’Egidio.

https://es.m.wikipedia.org/wiki/Comunidad_de_Sant%27Egidio

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